El ICOMME aboga por una reestructuración del sistema sanitario desde un prisma profesional
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La falta de médicos en Atención Primaria es un problema nacional que también se aprecia en Melilla
Hoy todos los focos mediáticos están puestos en la situación que atraviesa la Atención Primaria de la Comunidad de Madrid. No es un caso único. En Asturias, por ejemplo, casi la mitad de los médicos de familia se jubilarán en los próximos cinco años. Y en Cantabria los facultativos ya han salido a la calle y amenazan con una huelga indefinida. Estamos ante un problema nacional que también afecta y mucho a Melilla.
No es una cuestión que haya que politizar, no es el momento de buscar culpables en uno u otro partido político. Ahora toca aunar fuerzas para solucionar un problema que atañe a nuestra sanidad y que, evidentemente, acaba repercutiendo sobre el paciente. Como bien ha señalado Tomás Cobo, presidente de la Organización Médica Colegial, el problema se encuentra en la falta de homogeneidad del modelo sanitario en un país en el que conviven “17 formas diferentes de hacerlo”.
Es preciso apostar por una reestructuración y hacerlo desde un prisma profesional y científico para que prime la calidad asistencial. Faltan médicos en determinadas especialidades y hay que organizar mejor ciertos servicios, tanto en Melilla como en otros puntos de España. Lo idóneo debe ser alcanzar un plan nacional que cuente con financiación real, y más en el caso de Melilla donde la sanidad depende directamente del Estado a través del INGESA.
La situación es difícil, pero entendemos que hay soluciones viables, sobre todo para el caso de Melilla. Debemos atraer capital humano, hacer atractivo el hecho de trabajar en nuestro hospital y en nuestros centros de Primaria. El Plan Integral aboga por declarar el Área Sanitaria de Melilla de difícil desempeño y esto debe ser una realidad en breve. Es precisa una reclasificación profesional, crear un nuevo rango salarial, el denominado A plus, que reconozca de forma más ajustada no sólo su alto grado de responsabilidad en la práctica asistencial sino también la longevidad de su formación, como ocurre con jueces o fiscales.
Otra medida efectiva sería aumentar el precio de la hora de guardia al máximo nacional para evitar la discriminación actual con la Península. Y, por supuesto, alcanzar la igualdad salarial para aquellos médicos con ejercicio mixto como consecuencia del complemento de exclusividad.