La Atención Primaria es la primera línea de la sanidad y no la están cuidando
-
En Melilla, por ejemplo, casi la mitad de la plantilla está al borde de la jubilación y no hay recambios a la vista
-
Las consultas están saturadas y ello repercute directamente sobre el tiempo y la atención que se dispensa a cada paciente
El sistema sanitario español tiene muchos problemas y los médicos empiezan a decir basta. Los servicios estuvieron a punto de colapsar durante la pandemia y ahora la situación no ha mejorado. No lo ha hecho a nivel nacional y mucho menos en Melilla. El agotamiento físico y mental es cada vez mayor en los profesionales y sólo hay que visitar un centro de salud a diario para darse cuenta de ello. La Atención Primaria es la primera línea de la sanidad y no están haciendo nada para cuidarla.
Melilla está por encima de los 86.000 habitantes y sólo dispone de cuatro centros de salud con apenas 35 facultativos. Echen cuentas. Y no debemos olvidar que casi la mitad de la plantilla, el 45 por ciento, está al borde de la jubilación y no hay recambios a la vista. Parece evidente la necesidad de realizar grandes cambios a todos los niveles.
Lo hemos reivindicado en más de una ocasión y vuelve a ser evidente, hace falta un pacto de Estado por la sanidad consensuado con los profesionales que cuente con recursos suficientes para dar respuesta a cambios demográficos y al envejecimiento de la población con el consiguiente aumento de las enfermedades crónicas.
El envejecimiento de la plantilla de Atención Primaria es algo que viene de lejos y no se ha puesto remedio alguno. En 2007 el doctor Vicente Matas, en la revista Andalucía Médica del Consejo Andaluz de Colegios Médicos, ya avisó que en 15 años llegarían a la edad de jubilación los médicos de Atención Primaria que terminaron la carrera a principios de los años 80. Se preveía que en los próximos 5 años se jubilará un 33 por ciento de médicos y esto no se ha valorado en la planificación y en las necesidades de los profesionales. No se han puesto en marcha planes de acción por parte de las administraciones central y autonómicas, y tampoco por parte de INGESA.
La Atención Primaria es la especialidad que está viviendo la crisis más aguda en el ámbito de la sanidad, una especialidad que resuelve cerca del 85-90% de todos los problemas de salud y a un bajo coste. Sus facultativos están en primera línea y nadie atiende sus necesidades.
Los profesionales llevan tiempo proponiendo medidas para mejorar: aumentar la dotación presupuestaria de la Atención Primaria, contar con una adecuada planificación, organización y gestión, elaborar una buena política de recursos humanos que garantice la estabilidad del personal, mejorar retribuciones y mayores incentivos fiscales o autogestión… Medidas para poder salvar un nivel asistencial que está en quiebra. No se debe olvidar que la Atención Primaria debe ser el eje vertebrador del Sistema Nacional de Salud.
Las huelgas, movilizaciones y declaraciones que se están produciendo son el resultado del malestar general de los médicos de Atención Primaria ante una situación que viene de muchos años atrás y donde no se han abordado sus problemas con seriedad ni con perspectiva de futuro. Los gestores y responsables sanitarios deben tomar medidas definitivas, no cortoplacistas a la luz de unas próximas elecciones.
Hay que cuidar lo que tenemos
Piense que usted es dueño de una empresa y casi la mitad de la plantilla está a punto de jubilarse y no tiene sustitutos. ¿Qué haría? Como mínimo, implementar medidas para atraer talento y rejuvenecer dicha plantilla. Pues aquí en Melilla eso no está ocurriendo. INGESA no ha procurado que los médicos actuales tengan recambio. No ha incentivado la llegada de nuevos facultativos. Y muchos de los galenos actuales seguro que han experimentado el síndrome de ‘burnout’, el síndrome de estar quemado en su puesto de trabajo porque no tienen apenas tiempo para atender a los ciudadanos, porque están saturados con cupos de pacientes por encima de lo normal, porque no hay sustitutos en las bajas…
No están cuidando a los médicos de la primera línea de la sanidad melillense. Nos dicen que el nuevo hospital, con última tecnología, atraerá profesionales. Es difícil de creer porque esos mismos “atractivos” están en el resto de los hospitales españoles. A este paso vamos a tener un nuevo hospital y cuatro centros de salud sin médicos que los atiendan.
Por cierto, también se apuntó que, a partir de 2023 y hasta 2026, se iba a introducir una disposición adicional en el proyecto de Real Decreto por el que se regula la organización y funcionamiento de INGESA para Ceuta y Melilla, declarándolas áreas/puestos de difíciles desempeño y cobertura médica “ex lege”. Aún no sabemos nada de nada.
De todas formas, esperamos que en la reunión que va a mantener la dirección territorial de INGESA con los representantes de Atención Primaria se alcancen acuerdos productivos y se aporten soluciones.